Con esta receta salen 12 cupcakes pequeñitos. No son exactamente salados, sino una mezcla estupenda de dulce con el picorcillo del queso azul.
Ingredientes
50 gr de harina
50 gr de azúcar
50 gr de mantequilla a temperatura ambiente
1 huevo mediano a temperatura ambiente
1/2 cucharadita de levadura
1 pizca de sal
1 pizca de pimienta negra
40 gr de queso azul, picón, gorgonzola o similar
6 nueces peladas
Para la crema
40 gr de queso azul a temperatura ambiente
30 gr de mantequilla a temperatura ambiente
90 gr de azúcar glas
Preparación
Encendemos el horno a 170º. Preparamos papeles para minicupcakes o mini magdalenas en un molde, de silicona o metálico.
En un bol, tamizamos la harina, la levadura, la sal y la pimienta y reservamos. En el vaso de la batidora, ponemos la mantequilla y el azúcar y batimos hasta que esté cremoso. Añadimos el huevo y volvemos a batir, con cuidado de que se integre prefectamente. A continuación añadimos la mezcla de harina tamizada y batimos ligeramente. Por último y con ayuda de una espátula, mezclamos con el queso desmigado y las nueces picadas, ¡sin batir!
Vertemos una cucharadita hermosa de masa en cada molde, llenando aproximadamente hasta 2/3 de la capacidad del papel de magdalena. Horneamos 12 minutos, vigilando que no se quemen ya que cada horno es un mundo y si os pasa como a mí que tenéis un horno eléctrico de sobremesa, seguramente os tarden algo más que en un horno convencional. Una vez cocinados, los sacamos y los dejamos enfriar sobre una rejilla.
Una vez frios pueden guardarse en una fiambrera, lata, caja o bolsita de plástico y estarán listos para llevar a la playa, a un picnic o para comerlos en cualquier momento.
Preparación de la crema
En el vaso de la batidora colocamos el azúcar glas, el queso azul desmigado y la mantequilla y batimos con varillas eléctricas hasta que esté completamente cremoso, unos 4 minutos a velocidad media-alta.
Para decorar basta con untar un poco de crema en cada cupcake, en todos o en unos pocos, usando una espátula, una cuchara o un cuchillo de postre. Si tenéis manga pastelera podéis colocarle una boquilla redonda bien ancha y rociar cada pastelillo.
Por último, a mí me gusta poner un poco de perejil seco en algunos, nueces picadas en otros y los demás simplemente dejarlos tal cual.
Consejos y variantes:
Estos minicupcakes están estupendos como entrante, acompañando una ensalada de ventresca con cebolla confitada, una buena chuleta o unas brochetas vegetales a la barbacoa. También he probado a hacerlos añadiendo el queso y las nueces a modo de relleno (primero pongo un poco de masa, luego cubro con queso desmigado y nueces picadas y vuelvo a cubrir con otro poco de masa). Quedan igual de bien de las dos maneras, si bien mezclar el queso con la masa resulta más suave y se nota menos el sabor del queso.